El noble arte de correr… cargando una carretilla

En el pintoresco pueblo de Chagford, en el suroeste de Inglaterra, cada año se lleva a cabo una competición que redefine lo que significa «hacer la compra con prisa»: la carrera de carretillas. Pero no te confundas, no se trata de una simple carrera, sino de una auténtica batalla campal con obstáculos y desafíos que harían sudar incluso a un maratonista olímpico. 🏃‍♂️🛒

Porque correr sin una carretilla no era lo suficientemente complicado

Todo comenzó como una forma de entretenimiento local, cuando los lugareños, cansados de las aburridas ferias de verano, decidieron darle un giro a la típica carrera. Los equipos, compuestos por dos personas —un conductor y un pasajero—, deben maniobrar su carretilla a través de un circuito lleno de giros cerrados, saltos y superficies irregulares, mientras intentan no volcar y perder a su compañero por el camino.

«La clave está en mantener el equilibrio… ¡y no perder los tornillos por el camino!», dicen los veteranos de esta peculiar carrera.

Destreza y resistencia con un toque de humor

A lo largo de los años, la carrera ha ganado notoriedad, convirtiéndose en un evento que atrae tanto a participantes como a espectadores deseosos de ver cómo la gravedad y la falta de coordinación desafían a los equipos. La competencia es feroz y los disfraces extravagantes son casi una obligación, añadiendo un elemento de humor que convierte el evento en una verdadera fiesta del absurdo.

El equipo ganador recibe el honor de ser coronado como los «Maestros de la Carretilla», junto con una medalla y, a menudo, una generosa cantidad de sidra local, porque después de semejante esfuerzo, un buen trago es más que merecido.

🎁 Dato para soltar en cualquier conversación:

En la carrera de carretillas de Chagford, se considera de mal gusto si el pasajero termina la carrera sin un solo rasguño… ¡donde está la emoción en eso! ¿QUÉ?